miércoles, 28 de noviembre de 2007

Pues vuelta a empezar...

No sé qué ha pasado en Blogger durante mi larga ausencia pero el caso es que no puedo acceder a mi antiguo blog. Intento meter todas las cuentas de correo que tengo abiertas y no hay manera y como la paciencia no es una de mis virtudes y me apetecía escribir pues me he creado un nuevo blog y santas pascuas. En el antiguo blog la última entrada que había, explicaba mis sensaciones al enterarme de que estaba embarazada. De esto ha pasado más de un año y ya soy mamá. Lo soy desde hace exactamente cinco meses y nueve días.

Es una buena manera de comenzar este blog contar mi experiencia como madre, sí. Es verdad que te cambia la vida completamente, que ya todo gira en torno a ese ser diminuto que es tan dependiente de ti, que sencillamente te necesita para sobrevivir... te necesita para salir adelante en este mundo duro y a veces cruel al que tendrá que enfrentarse día a día y para lo cual yo estaré siempre ahí, a su lado, ayudándole y guiándole por el mejor camino posible, o intentándolo al menos.

Es cierto que los primeros días siendo madre fueron muy duros y no sólo por las noches sin dormir de un tirón y por el estrés que un cambio tan inmenso en tu vida te genera. A mí particularmente me superó la situación, literalmente. De la noche a la mañana tienes a un bebé en tu casa y tienes que cuidarle y no sabes cómo! nadie te ayuda... bueno, sí... cada cinco minutos tenía el teléfono en la mano para llamar a mi mami y preguntarle si tal o pascual era normal... y claro que era todo normal... jajaja pero a mí me parecía un problemón terrible. Poco a poco vas conociendo a tu hijo y él va conociéndote a ti. Ambos nos vamos acostumbrando el uno al otro y cuando te quieres dar cuenta, a las pocas semanas de nacer, su vida está tan integrada en la tuya que no te la puedes imaginar sin su existencia, sin mirarle todas las mañanas cuando te levantas y te mira con esos ojos inmensos azules heredados de su abuelo paterno, con esa sonrisa que ilumina hasta el día más sombrío.

Y es que en eso ha salido a mí. Es géminis como yo y suelen decir de los geminianos que somos personas simpáticas, extrovertidas, comunicadoras, habladoras, sociables... (estoy diciendo la parte buena, claro :P). Y por ahora Iker es así, es un niño simpatiquísimo, siempre está riendo y cualquiera que se acerque a la sillita y le diga cualquier tontería tendrá como recompensa una de sus preciosas sonrisas. Su padre es más serio y más reservado que yo. Es un sieso como buen vasco... jajajaja pero él no puede tener queja puesto que Iker Junior es un vivo retrato de Iker Senior... (esto es lo malo de repetir nombres y tal... pero es que me gusta tanto este nombre!).

Pues eso, que estoy encantada... que no cambiaría esta sensación por nada, ni por todos los viajes, cenas, copas y conciertos del mundo. Cuando Iker y yo nos tumbamos con el niño en la cama y jugamos y reimos y vamos viendo sus progresos diarios nos miramos a los ojos y sin decirnos nada sabemos que somos las personas más felices del mundo. Y claro que iremos a cenar pero será al Burguer King pidiendo un menú infantil... e iremos al cine pero a ver la última de Disney y a conciertos! pero será de los Lunnies... jajajaja y lo peor de todo es que estamos deseando que lleguen todos esos momentos y poder disfrutarlos con nuestro peque.

Bueno, me despido... que tengo el teclado ya que voy a tener que pasarle el secador para que no se oxide.

Espero tener un poco de constancia esta vez... aunque los géminis somos inconstantes y culillos de mal asiento (no todo iba a ser bueno, no??)

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